lunes, 18 de junio de 2012

A Girl Called Kill


 Sé donde está. Sé exactamente donde se encuentra, y también puedo deducir lo que está haciendo. Se le ha acabado el tiempo. Un tacto suave, frío y metálico que acentúa el sonido de la muerte. No puedo permitirme malgastar todo el tiempo de práctica. Podría darle a un pájaro que se funde en la niebla a un kilómetro de distancia. Y aquí estoy yo, a unos pasos de él, como un depredador que aguarda a su presa; que aguarda el instante perfecto para saciar su sed de muerte y venganza. No hay nadie, estamos solos entre el silencio. Resulta irónico; siempre quise que fuese así, y nunca tuvo lugar un encuentro opuesto a mis actuales deseos. Es increíble la velocidad con la que me hizo cambiar de idea.
Feeling_girl_gun_shoulder_tattoo_grls-d446b3b5e7c3e92b4c0e64058916806b_h_large Está cargada, sólo tengo que apretar, y olvidar todo el tiempo que me hizo perder. Estoy lista. Apunto. Pero no puedo hacerlo. Cierro los ojos por un momento y contemplo la salida. Quiero pensar que esa no es la solución, que es él el verdadero malo de está película de terror. Y disparo. No sé contra quién ha impactado la bala. Un sonido seco y después un ensordecedor zumbido continuo que se apodera de mis oídos. Llega la verdad, y luego todo se vuelve negro.

domingo, 3 de junio de 2012

Burn It Down

Quemarlo, quemarlo todo.

Esos días, en los que él era el único que le podía hacer sonreír y llevarla a los extremos de la locura. Esos instantes irrepetibles que sueña con volver a repetir. Aún recuerda la sensación de protección que tenía al sentirlo a su lado. Todos los días eran diferentes y todos ellos eran magníficos. Pero eso cambió. Él cambió. Él y su manera de verla a ella. Se volvió más loca todavía. Dejó de controlar sus acciones y sus pensamientos. La noche se llenaba de remordimientos y de esas ganas de volver atrás. Le amargaba la idea de que no podía hacer nada para remediar ese distanciamiento que estaban viviendo. Ella le quería, y ese era el problema. Sus miradas acusadoras la desacían en pedazos. Porque ella sabía que no era inocente. Podía haberlo hecho mejor para que todo tuviese un final feliz. Pero los finales felices no existen. Se sumergió en una profunda depresión que la tenía atada a sus recuerdos. No pudo aguantar. No pudo esperar a que el final la encontrase. Decidió romper la ventana de su vida con un cóctel molotov, y simplemente esperar la explosión. Las llamas siempre estuvieron presentes en el infierno de su vida, y al final de todo, se dio cuenta de que nunca había tenido nada.