domingo, 3 de junio de 2012

Burn It Down

Quemarlo, quemarlo todo.

Esos días, en los que él era el único que le podía hacer sonreír y llevarla a los extremos de la locura. Esos instantes irrepetibles que sueña con volver a repetir. Aún recuerda la sensación de protección que tenía al sentirlo a su lado. Todos los días eran diferentes y todos ellos eran magníficos. Pero eso cambió. Él cambió. Él y su manera de verla a ella. Se volvió más loca todavía. Dejó de controlar sus acciones y sus pensamientos. La noche se llenaba de remordimientos y de esas ganas de volver atrás. Le amargaba la idea de que no podía hacer nada para remediar ese distanciamiento que estaban viviendo. Ella le quería, y ese era el problema. Sus miradas acusadoras la desacían en pedazos. Porque ella sabía que no era inocente. Podía haberlo hecho mejor para que todo tuviese un final feliz. Pero los finales felices no existen. Se sumergió en una profunda depresión que la tenía atada a sus recuerdos. No pudo aguantar. No pudo esperar a que el final la encontrase. Decidió romper la ventana de su vida con un cóctel molotov, y simplemente esperar la explosión. Las llamas siempre estuvieron presentes en el infierno de su vida, y al final de todo, se dio cuenta de que nunca había tenido nada.

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