jueves, 13 de octubre de 2011

Ocho y diez...

  No lo voy a coger, llego demasiado tarde. Estoy a diez minutos de la parada del autobús y no puedo parar de correr. Pero no esperarán por mí, no les importo...
 
  Ocho y cuarto...

  Me adentro en el atajo que lleva hacia la parada. Es estrecho. A un lado esta una de las fachadas del museo, con el reloj tan grande en lo alto. Al otro, césped y árboles, hogares de centenares de aves. El aire mañanero es hoy más frío y húmedo que otros días. La mochila me pesa y rebota en mi espalda a cada zancada que doy. Pero me freno. Un aroma. Un aroma dulce e inocente. El aroma del Jazmín. Flores blancas y minúsculas tiradas en torno a mí, sobre la gravilla del camino. De pronto, algo se detiene. Mi reloj se para, pero todo a mi alrededor se mueve. Los pájaros en los árboles cantan una melodía simple. El viento mece hojas y ramas, pero mas allá de aquello, no hay nadie ni nada. Mi corazón late con fuerza, me siento sola y desdichada. La mochila cae con un golpe seco, pero yo no la oigo. Me pitan los oídos. Creo que me voy a caer, creo que me voy a desmayar. Caigo a un lado de la mochila. Siento como si no pudiese respirar.

  Una luz anaranjada me molesta en los ojos. El sol reluce entre nubes de sueños blancos. Un prado verde y nada más que la vista pueda alcanzar. Me incorporo. Puedo ver que la mochila y el uniforme han desaparecido, y una pequeña bolsa y un vestido hechos con tallos, hojas y flores los reemplaza. Mi primera sensación es de confusión. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago yo aquí? Pero una ráfaga de aire cálido me acaricia los cabellos y en seguida me tranquilizo. Me siento libre y fresca. Me dan ganas de saltar, bailar, de dejarme llevar.

  Un pequeño gorrión se posa sobre mis pies y me doy cuenta de que sigo sentada en el suelo. Me levanto y cojo la bolsa sin reparar en lo que haya dentro. Me pongo a caminar, sin rumbo en la vida, pero espero encontrar, en este nuevo mundo que brilla, un guía, quién sea, necesito que me reviva.


1 comentario:

  1. A veeeer, te cuento, que hay muchos personajes!!

    Tú eres Rebeca, yo soy Marina (me imagino que te habras dado cuenta, clases de literatura, Irlanda, George...) Carmen es Martina, Cristina (la de la primera entrada, no he hablado mucho de ella) es María, Ana (ya te explicaré luego donde sale) es Lucía, Tonio es... Souto! Y... ya está.

    Bueno, el caso es que a Carmen y a mí se nos ocurrió una cosa... ¡Podías contestar a mi carta mediante entradas de vuestro blog! Tú me "mandarías" una carta, y yo te contestaría... Si no lo pillas, mira el blog d Carmen, ella ya lo ha hecho!

    Por cierto, Ana sale en la entrada de Carmen.

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