martes, 6 de noviembre de 2012

Waiting For The End

 El mismo aroma indescriptible. Los zapatos sonaban en la profundidad del lugar como si de tacones se trataran. Esa atmósfera melancólica que sólo podía encontrarse en ese lugar. El silencio simplemente era algo que salía del alma.

 Me hubiese gustado elegir las flores yo misma, pero las niñas pequeñas deben estarse calladitas. Tuerzo la mirada y me veo engullida por multitud de nombres que me resultan demasiado familiares. Por lo menos, aquí no necesito fingir sonrisas.

 Pero me acuerdo de que no vengo sola. La cojo de la mano, como si no quisiera que se fuese nunca. Y en verdad, odio las veces en las que menciona su muerte. Sé que todos morimos, pero no me gusta pensar que ella también morirá ante mis ojos sin que yo pueda hacer nada, así que la agarro con más fuerza.

 Mi relación con la muerte siempre ha sido demasiado complicada. Unas veces llegué a anhelarla y otras me ponía enferma sólo de pensar en ella. Pero siempre ha estado detrás de mí, llevándose a mi gente y recordándome que todo el mundo estaría mejor si yo estuviese por fin con ella.

 Y finalmente, en ese día gris, no podía faltar algo de lluvia y un último adiós.
 

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3 comentarios:

  1. Me gustó mucho el texto :)
    x

    http://pdepaty.blogspot.com.es

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    Gracias y adiós!

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  3. Hola,

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    Muchos besos.

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